KALEVALA

El carelianismo y el romanticismo nacional

El entusiasmo por el Kalevala estuvo desde el principio relacionado con su origen careliano. En la mente de todos, Carelia era como un almacén donde se guardaba el tesoro de los poemas, un museo idílico del pasado.

El interés romántico que despertaba lo antiguo, lo kalevaliano y lo careliano ha sido denominado carelianismo, que tuvo su momento cumbre en la última década del siglo XIX.

Los recopiladores y etnógrafos viajaron por Carelia trayendo consigo constantemente nuevos hallazgos. Describieron sus emociones en varios libros de viaje y en artículos periodísticos. Carelia se convirtió en una meta del peregrinaje de los artistas y el Kalevala adquirió un valor nunca antes visto como fuente inagotable de inspiración y de temas.

Poco después de la aparición del Kalevala los investigadores subrayaron que aunque el texto del Kalevala procedía en su mayor parte de la auténtica tradición popular, el conjunto de la obra era en realidad una epopeya compuesta por Lönnrot. Sin embargo, el carelianismo dejaba a un lado este hecho y consideraba el Kalevala como la representación de la realidad ancestral finlandesa.

Para los carelianistas, el paisaje de Carelia y sus habitantes eran los retratos vivientes en el presente del mundo descrito en el Kalevala. Igual que en el pensamiento europeo general, se consideraba que las tribus periféricas representaban la vida de las épocas anteriores.

Los carelianistas fundaron en 1919 la Sociedad Kalevala, que tenía como uno de sus propósitos el construir una Casa Kalevala como sede del arte y estudio del Kalevala. El arquitecto Eliel Saarinen diseñó los planos de la Casa Kalevala, pero el proyecto nunca llegó a prosperar. En otras obras suyas, como, p. ej., en el edificio del Museo Histórico Nacional y en la estación de ferrocarril de Helsinki, se pueden detectar influencias del carelianismo.

A lo largo del siglo XX, el entusiasmo por el Kalevala y por Carelia ha experimentado oscilaciones que han llegado incluso a adoptar un carácter crítico, tachando a la cultura kalevaliana de desfasada y pueblerina, como un intento de huir del presente.

A finales del siglo XX, el Kalevala y la poesía popular han vuelto a ser objeto de interés. En cierta forma, se ha cerrado el círculo, ya que de nuevo es posible viajar a los territorios de la Carelia rusa.

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